SE BUSCAN CABRAS VIOLINISTAS: 03.2006

3.19.2006

Para mi Bravita, Nicole

Las calles estan vacias cuando vuelvo a casa. Deslizo entre mis manos el volante en cada curva, sintiendo su suave tacto, acariciandolo. Solo cuando voy sola disfruto de verdad conduciendo. Bajo un poco la musica, para que no me distraiga. Dirigo la mirada a un lado y a otro. Llueve ligeramente, sonrio, me gusta la lluvia. Apenas si me cruzo con otros faros, algun taxi, un despistado. Pero yo siento cada curva, recuerdo cada vez que la recorri a pie. Me paro en todos los semaforos aunque solo esten en ambar y contemplo la ciudad dormida. Me siento intrusa, inoportuna, solo yo perturbo la calma de esta ciudad fantasma. Me dan tentaciones de ponerme a hecer sonar el claxon de forma ininterrumpida a lo largo de todo el recorrido. Aun no he caido en la tentacion. Me da tiempo a pensar cuando conduzco. Quizas demasiado. Pienso en tantas cosas, tanta gente, tantos sentimientos...que en algun momento creo que la cabeza me va a reventar. Pero es la manera en que mas me gusta pensar. Ojala pudiera estudiar mientras conduzco. Relaja. Me hace sentir bien. Oigo el suave rugido del motor, juego con los pedales, experimento. Y cuando quiero darme cuenta, ya estoy frente a mi casa. Aparco con cuidado. Echo el freno de mano. Quito la llave. Meto primera. Cogo el bolso, la cazadora, saco las llaves de casa para tenerlas a mano (aun hace frio), salgo y cierro con llave. Avanzo hasta mi puerta y una vez dentro, echo de menos la timida calidez de su microuniverso. Ojala pudiera vivir en mi coche.
 
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